Tenso thriller lleno de suspense e intriga con toques de terror, narrado de una manera muy distinta:. lleno de pausa, diálogos, y tensión dramática.
Karyn Kusama dirige este film de corte independiente. Will y Eden tienen un pasado como pareja y como padres de un niño. La desgracia llego a sus vidas el día que por accidente falleció su hijo en común. La tristeza los embargó, y llegó a disolver la pareja. Tres años después, Eden ha vuelto a la casa en la que vivían juntos, con nueva pareja y con una extraña alegría. Para celebrarlo, invitan a sus mejores amigos a una cena, con su exmarido incluído. Todo parece muy extraño para Will, pues no se cree la fachada de alegría de Eden, y empezara a sospechar que algo raro ocurre en esa cena de amigos.
Filmada con ritmo pausado, la película nos sitúa ante una tensión que va creciendo a cada minuto que pasa. Ante la paranoia que cunde en la reunión de amigos, es difícil de situarse en uno de los bandos, algo que juega muy en el favor de la tensión dramática, y no es hasta pasada más de la mitad de la película, donde por fin te puedes situar a uno de los bandos de la expareja. Como veis, la primera parte de la cinta, puede parecer que no pasa nada. Todo son diálogos, descripción minuciosa de los personajes, y sí, un ambiente raruno que se respira a lo largo de este cena y reunión de amigos. Para cierta clase de público, podríamos decir que hasta puede resultar aburrida, pero yo os aseguro que para nada es aburrida, y clave cuando los hechos empiezan a desencadenarse.
Parte del éxito de la cinta (fue la última ganadora del festival de Sitges), radica en su elenco de actores. Semi desconocidos, hacen tan bien su papel, que va muy en favor de la película. Tammy Blanchard compone una Eden perfecta. Aunque parece destilar alegría, sabes por su mirada, por sus gesto, por su pose, que algo raro se ocurre en su cabeza para haber podido alejar la tristeza de la perdida tan fácil. Logan Marshall-Green, al borde de la locura y la paranoia, lo mismo. Destacar también a Michael Huisman por se una cara conocida de Juego de tronos, y sobre todo a John Carroll Lynch, pues aunque participe poco en la reunión, con tan solo unos gestos y unas pocas frases, llega a poner los pelos de punta.
En definitiva, una estupenda película, mezcla de drama, thriller, terror, y porque no, cierta crítica social, pues lo de mantener la compostura ante ciertas reuniones esta llena de ello. Muy recomendable, aunque ya estas avisado que si eres de los que disfrutan con las pelis en las que desde el primer minuto necesitas que muera alguien, o haya acción y sangre, quizá no sea tú película.
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