Jack Reacher a vuelto, y aunque no ha sido por la puerta grande, sí que lo ha hecho con una película lo suficientemente entretenida, pero alejada de la calidad y la sorpresa de la primera.
En esta ocasión, la dirección recae sobre Edward Zwick, por supuesto, con Tom Cruise de nuevo encarnando a Reacher, y haciendo las labores de producción.
Se trata de una nueva adaptación de una de las novelas de la serie de Lee Child basadas en el personaje. En esta ocasión, Reacher, que sigue siendo una especie de vagamundo, que abandonó el ejercito un día para desaparecer, es la víctima, y se va a ver envuelto en un embrollo, del que le costará salir. Además, se añade un extraño triángulo familiar para complicarlo todo aún más.
La película adolece de la falta de sorpresa que tenía la primera. Con un guión más sólido, y unas escenas de acción y persecución mejor rodadas, la película era más interesante. La trama no era para menos, pues desde el primer minuto enganchaba. Esta segunda parte, al final se ha convertido en otra película más de acción, con el mismo protagonista de la saga de novelas, pero que no aporta gran cosa. Reacher, al final termina igual que empezó, no os quiero explicar mucho más para no spoilear, pero todo lo que parecía iba a cambiar su vida, llega un momento que se desvanece del todo.
Aún con todo, la película tiene un buen visionado, y por lo menos a mi me ha dejado con ganas de más adaptaciones de este personaje. Por lo que se, Lee Child, ha sido bastante prolífico, así que si todo va bien, tendremos alguna más.
En cuanto al reparto, tenemos al solvente y ya mencionado Tom Cruise, siendo acompañado por Cobie Smulders, que en esta película, se confirma como una gran heroína, capaz de cualquier escena de acción. Ya había dado buena muestra de ello, interpretando a María Hill en Los Vengadores. El resto del casting, es bastante más anónimo, salvo alguna cara televisiva, algo que la vuelve a situar por debajo de su predecesora, pues contaba con muchas más estrellas entre el reparto.
En definitiva, se puede recomendar, siempre que sepamos que estamos ante una segunda parte que no ha podido con su predecesora, pero que tiene un vistazo, y nos da ganas de más.
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