La trama gira en torno a un grupo de mujeres, que anualmente se reunen para realizar algún deporte extremo, y este año, eligen la espeleología. En la cueva en al que se meten, se encontraran con sus miedos, y con una raza humanoide poco amigable.
Es original en cuanto a la manera de contarlo, desde un punto de vista femenino. Las protagonistas son todas mujeres, valientes, y no son las típicas de una película del género, en el que se limitan a gritar y correr espantadas. Aquí, son ellos las que persiguen a los malos ( o mejor dicho, se defienden como pueden), y los gritos se limitan al mínimo.
También es un acierto por parte del director (Neil Marshall), el contar con actrices practicamente desconocidas, ya que hacen más verosímil el argumento. Sí, verosímil, porque este grupo de mujeres, no se enfrentan a un virus, a una raza alienigena, ni nada por estilo, sino a una raza humanoide que habría permanecido milenios bajo la tierra sin salir a la superficie, en definitiva, algo que nos podríamos encontrar (sin ser humanoide), por ejemplo si bajáramos a las fosas abisales, donde todavía hay unas cuantas especies raras, aún por descubrir.
Las actrices hacen bien su papel, ninguna esta de diez, pero cumplen su cometido.
La ambientación, es agobiante como requiere la película, y además esta a falta de mucha luz, y su director, nos muestra tan solo lo que quiere, aunque enseña demasiados primeros planos de esos humanoides.
Un pelín gore a veces, no afecta demasiado a las personas sensibles, por tratarse de monstruitos.
En definitiva entretenida película de terror, aunque le sobra algún susto previsible, y el final no esta nada mal, y se sale de lo normal en el género.
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