¿Quién dijo que segundas partes nunca fueron buenas? Pues ya
vamos teniendo varios ejemplos donde está máxima no se cumple y la película de
la que os voy a hablar en las siguientes líneas, es un buen ejemplo de ello.
Ripley ha sido hallada y rescatada en las profundidades del
universo donde quedo vagando tras la batalla en la Nostromo a bordo de una nave
de escape. Es informado de que ha pasado 57 años en hibernación, y que hasta su
hija ya ha fallecido. Unos misteriosos mensajes desde la colonia LV-426,
despiertan el interés de la Weyland (la empresa para la que trabaja Ripley), y
es contratada de nuevo para ir misión junto a los marines y rescatar a los
supervivientes de la colonia. Por supuesto, los motivos de tal misión para la
Weyland, no son tan honestos, y pretende conseguir ejemplares de la misteriosa
raza descubierta por Ripley y la tripulación de la Nostromo, pues para ellos,
no es más que una nueva arma que desean tener en su poder. Y como no podía ser
de otra forma, la expedición es más complicada de lo que en un principio
parece, a pesar de contar entre sus filas de los mejores y más valientes
marines del espacio.
Quizá el cambio de tono a la película, pasando del horror y
el terror a partes iguales de la primera parte, hacia la acción mezclada con el
terror, pudo influir en el éxito de esta segunda entrega. Pero sin duda, bajo
mi punto de vista, el que James Cameron cogiera la batuta de la dirección y al
argumento de la misma, tuvo mucho más que ver. Sin duda, Cameron es uno de los
mejores directores rodando escenas de acción, sacando partido a los actores
(Schwarzenegger es buena muestra de ello), y maximizando limitados presupuestos
(y eso que en sus últimas películas, no podemos hablar precisamente de
ajustados presupuestos).
Por aquel entonces, Cameron fue capaz de sacar partido a
decorados, titiriteros, maquillaje,… para sacar a la luz dos grandes películas
como The Terminator, y Aliens.
Si bien en la primera película de la saga Alien, se nos
planteaban muchos misterios, y la criatura apenas se mostraba, en la película
de Cameron, no solo se muestra por completo, y salen varias de ellas, sino que
además, se nos muestra y esclarecen varios detalles que no quedaron claros en
la primera parte. Uno de ellos y el más importante, es la aparición en escena
de una reina de los Xenoformos, con una envergadura cercana a los cinco metros,
y que continuamente está poniendo huevos, para que sus guerreros traigan víctimas que puedan ser incubadas con
las larvas que se introducen en el interior de sus cuerpos. Uno de los retos al
filmar la película fue esta Reina. Construida por el estudio de Stan Winston,
fue reproducida a tamaño real (no se usaron maquetas), y manejada con cables,
mecanismos hidráulicos, y hasta cerca de 18 personas que debían de colaborar
para que el movimiento pareciera natural. Algo muy difícil, pues tenemos que
recordar que la construcción de dicha Reina, medía 4.26 metros.
Otro de los aciertos de Cameron, fue el casting elegido para
la película. Aunque fue rodada en los británicos estudios Pinewood, James se
preocupó de que los actores pudieran hablar con un marcado acento americano, e
incluso se trajo a varios actores estadounidenses como Lance Henriksen, Bill Paxton, y Michael
Biehn. Este último, en realidad, no fue contratado hasta el final. Es más, ya
se llevaba una semana de rodaje cuando llego a los estudios. En un principio el
personaje interpretado por Biehn, recaía sobre James Remar, pero en el primer
día de rodaje, Cameron tuvo una fuerte discusión con este, y decidió apartarlo
de la filmación y contrato a Michael para sustituirlo. De hecho, Cameron en el
rodaje, casi no hizo otra cosa que pelearse con casi todo el personal
británico, pues lo veían demasiado joven, y que no estaba a la altura de su
predecesor, Ridley Scott.
Este
fue uno de los motivos por los que Biehn, no recalo en la preparación de los
marines que aparecen en la película. Dicho entrenamiento, fueron más de dos
semanas de intensa preparación militar, que incluía desde el duro ejercicio
físico, hasta toda la parafernalia militar como por ejemplo los saludos. Uno de
los instructores fue el Sargento Al Mathews, que fue el primer sargento de
color del ejército americano en la vida real y le gustó tanto el trabajo a
Cameron, que decidió incluirlo en la película como el Sargento Apone, líder de
los marines.
Además
de los ya mencionados, tenemos por supuesto a Sigurney Weaver. Pero no fue nada
fácil lograr incluirla en la secuela. Los propietarios de la Fox, llegaron a
pedirle a Cameron que escribiera un guión en la que Ripley no apareciera, pues
Weaver, pedía un salario muy alto (multiplicaba por 30 lo percibido en la
entrega anterior), y no estaban dispuestos a pagárselo. El empecinamiento de
Cameron pudo más, y logró que los mandamases soltaran la pasta.
Otras
de las muestras de ingenio del director y del equipo de efectos especiales que
contrató, fueron que con tan solo seis trajes del Alien, y gracias al montaje
de escenas (aún no existía el CGI) se dio la impresión de estar ante la
presencia de un auténtico batallón de Aliens. Así como que por motivos
presupuestarios de nuevo, la escena en la que aparecen toda la tripulación de
la expedición de rescate hibernando en sus capsulas, estuvo a punto de no
rodarse. La creación de estas capsulas, era muy costosa, y se optó por
construir solo cuatro, y recurrir al viejo truco del espejo para dar la
impresión de que había el doble. Los Aliens, de esta segunda parte, eran más
rápidos y tenían movimientos más violentos que lo que se pudo ver en la
película de Scott, por lo que se introdujeron ciertas modificaciones en los
trajes, y se contrató a verdaderos gimnastas para llevar a cabo los
movimientos.
Una
de las mejores película que combinan Ciencia ficción, acción y terror a partes
iguales, y que ahora en DVD (bueno, en realidad desde el nacimiento del Laser
Disc), podemos disfrutar de todo el metraje que Cameron rodó, incluso los 17
minutos que el estudio le pidió que recortara. Con un presupuesto de 18.5
millones de dólares, logró recaudar en todo el mundo cerca de 130, y supuso el
impulso definitivo para su director hacia el estrellato.
Una
película a la que hay que recurrir de vez en cuando y hay que mantener fresca
en la memoria, pues un lujo que ha envejecido estupendamente, y que nos dejó
una de esas frases míticas, muchas veces repetida a lo largo no solo del cine,
sino que cualquiera aprovecha para usar de vez en cuando: Aléjate de ella, ¡zorra¡
2 comentarios:
Gran segunda parte, como otros ejemplos de la historia del cine ("El Padrino 2" a nivel internacional o "El crack 2" a nivel patrio, que por qué no decirlo).
Es cierto que se pasa del terror a la acción, pero está muy bien llevado. Me ha gustado mucho el post, ya que he podido saber cosas que desconocía. Una buena continuación de saga que fue torciéndose en la 3ª parte (que no está del todo mal) y sobre todo en la 4ª, donde hay patinazos muy serios.
Un abrazo Sergio!
Yo la veo de cuando en cuando, casi todos los años, y me encanta la versión extendida.
Publicar un comentario