domingo, 21 de junio de 2015

Aliens: El regreso


¿Quién dijo que segundas partes nunca fueron buenas? Pues ya vamos teniendo varios ejemplos donde está máxima no se cumple y la película de la que os voy a hablar en las siguientes líneas, es un buen ejemplo de ello.
Ripley ha sido hallada y rescatada en las profundidades del universo donde quedo vagando tras la batalla en la Nostromo a bordo de una nave de escape. Es informado de que ha pasado 57 años en hibernación, y que hasta su hija ya ha fallecido. Unos misteriosos mensajes desde la colonia LV-426, despiertan el interés de la Weyland (la empresa para la que trabaja Ripley), y es contratada de nuevo para ir misión junto a los marines y rescatar a los supervivientes de la colonia. Por supuesto, los motivos de tal misión para la Weyland, no son tan honestos, y pretende conseguir ejemplares de la misteriosa raza descubierta por Ripley y la tripulación de la Nostromo, pues para ellos, no es más que una nueva arma que desean tener en su poder. Y como no podía ser de otra forma, la expedición es más complicada de lo que en un principio parece, a pesar de contar entre sus filas de los mejores y más valientes marines del espacio.
Quizá el cambio de tono a la película, pasando del horror y el terror a partes iguales de la primera parte, hacia la acción mezclada con el terror, pudo influir en el éxito de esta segunda entrega. Pero sin duda, bajo mi punto de vista, el que James Cameron cogiera la batuta de la dirección y al argumento de la misma, tuvo mucho más que ver. Sin duda, Cameron es uno de los mejores directores rodando escenas de acción, sacando partido a los actores (Schwarzenegger es buena muestra de ello), y maximizando limitados presupuestos (y eso que en sus últimas películas, no podemos hablar precisamente de ajustados presupuestos).
Por aquel entonces, Cameron fue capaz de sacar partido a decorados, titiriteros, maquillaje,… para sacar a la luz dos grandes películas como The Terminator, y Aliens.
Si bien en la primera película de la saga Alien, se nos planteaban muchos misterios, y la criatura apenas se mostraba, en la película de Cameron, no solo se muestra por completo, y salen varias de ellas, sino que además, se nos muestra y esclarecen varios detalles que no quedaron claros en la primera parte. Uno de ellos y el más importante, es la aparición en escena de una reina de los Xenoformos, con una envergadura cercana a los cinco metros, y que continuamente está poniendo huevos, para que sus guerreros  traigan víctimas que puedan ser incubadas con las larvas que se introducen en el interior de sus cuerpos. Uno de los retos al filmar la película fue esta Reina. Construida por el estudio de Stan Winston, fue reproducida a tamaño real (no se usaron maquetas), y manejada con cables, mecanismos hidráulicos, y hasta cerca de 18 personas que debían de colaborar para que el movimiento pareciera natural. Algo muy difícil, pues tenemos que recordar que la construcción de dicha Reina, medía 4.26 metros.
Otro de los aciertos de Cameron, fue el casting elegido para la película. Aunque fue rodada en los británicos estudios Pinewood, James se preocupó de que los actores pudieran hablar con un marcado acento americano, e incluso se trajo a varios actores estadounidenses como Lance Henriksen, Bill Paxton, y Michael Biehn. Este último, en realidad, no fue contratado hasta el final. Es más, ya se llevaba una semana de rodaje cuando llego a los estudios. En un principio el personaje interpretado por Biehn, recaía sobre James Remar, pero en el primer día de rodaje, Cameron tuvo una fuerte discusión con este, y decidió apartarlo de la filmación y contrato a Michael para sustituirlo. De hecho, Cameron en el rodaje, casi no hizo otra cosa que pelearse con casi todo el personal británico, pues lo veían demasiado joven, y que no estaba a la altura de su predecesor, Ridley Scott.
Este fue uno de los motivos por los que Biehn, no recalo en la preparación de los marines que aparecen en la película. Dicho entrenamiento, fueron más de dos semanas de intensa preparación militar, que incluía desde el duro ejercicio físico, hasta toda la parafernalia militar como por ejemplo los saludos. Uno de los instructores fue el Sargento Al Mathews, que fue el primer sargento de color del ejército americano en la vida real y le gustó tanto el trabajo a Cameron, que decidió incluirlo en la película como el Sargento Apone, líder de los marines.
Además de los ya mencionados, tenemos por supuesto a Sigurney Weaver. Pero no fue nada fácil lograr incluirla en la secuela. Los propietarios de la Fox, llegaron a pedirle a Cameron que escribiera un guión en la que Ripley no apareciera, pues Weaver, pedía un salario muy alto (multiplicaba por 30 lo percibido en la entrega anterior), y no estaban dispuestos a pagárselo. El empecinamiento de Cameron pudo más, y logró que los mandamases soltaran la pasta.
Otras de las muestras de ingenio del director y del equipo de efectos especiales que contrató, fueron que con tan solo seis trajes del Alien, y gracias al montaje de escenas (aún no existía el CGI) se dio la impresión de estar ante la presencia de un auténtico batallón de Aliens. Así como que por motivos presupuestarios de nuevo, la escena en la que aparecen toda la tripulación de la expedición de rescate hibernando en sus capsulas, estuvo a punto de no rodarse. La creación de estas capsulas, era muy costosa, y se optó por construir solo cuatro, y recurrir al viejo truco del espejo para dar la impresión de que había el doble. Los Aliens, de esta segunda parte, eran más rápidos y tenían movimientos más violentos que lo que se pudo ver en la película de Scott, por lo que se introdujeron ciertas modificaciones en los trajes, y se contrató a verdaderos gimnastas para llevar a cabo los movimientos.
Una de las mejores película que combinan Ciencia ficción, acción y terror a partes iguales, y que ahora en DVD (bueno, en realidad desde el nacimiento del Laser Disc), podemos disfrutar de todo el metraje que Cameron rodó, incluso los 17 minutos que el estudio le pidió que recortara. Con un presupuesto de 18.5 millones de dólares, logró recaudar en todo el mundo cerca de 130, y supuso el impulso definitivo para su director hacia el estrellato.

Una película a la que hay que recurrir de vez en cuando y hay que mantener fresca en la memoria, pues un lujo que ha envejecido estupendamente, y que nos dejó una de esas frases míticas, muchas veces repetida a lo largo no solo del cine, sino que cualquiera aprovecha para usar de vez en cuando:  Aléjate de ella, ¡zorra¡

2 comentarios:

Abacab dijo...

Gran segunda parte, como otros ejemplos de la historia del cine ("El Padrino 2" a nivel internacional o "El crack 2" a nivel patrio, que por qué no decirlo).

Es cierto que se pasa del terror a la acción, pero está muy bien llevado. Me ha gustado mucho el post, ya que he podido saber cosas que desconocía. Una buena continuación de saga que fue torciéndose en la 3ª parte (que no está del todo mal) y sobre todo en la 4ª, donde hay patinazos muy serios.

Un abrazo Sergio!

satrian dijo...

Yo la veo de cuando en cuando, casi todos los años, y me encanta la versión extendida.

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