jueves, 7 de noviembre de 2013

La mejor oferta

Me dispuse a ver la película no con pocas reticencias, pues aunque aplaudo la labor que su director Giuseppe Tornatore hizó con Cinema Paradiso, el resto de sus película no me atraen tanto y creo que pecan en cierto exceso de artificialidad y sofisticación. Sin embargo, desde el primer minuto de esta película, el director me ganó la mano, y caí sucumbido ante lo que en pantalla se me estaba presentando, que no es otra cosa que una trampa, pues lo que parece desde el principio, no es para nada lo que ocurre al final.
Virgil Oldman, es un afamado tasador y subastador de obras de arte. Es un tanto maniático y antisocial, sobre todo lo primero, y su meticulosidad, y su manera de vivir tan obsesivamente ordenada, se verán tambaleadas ante su nuevo encargo: tasar las pertenencias de un antiguo caserón de una joven con la que tan solo puede hablar, pues siente una intensa agorafobia, que no le permite el contacto físico ni visual con otras personas. Se establece una extraña relación entre Virgil y la joven, que poco a poco le va a ayudar a ambos a superar sus miedos, y quizá dar paso al amor.
Tornatore lo da todo en esta película en la que también es el guionista. Tiene además, un cast insuperable, donde Geoffrey Rush, es la estrella de la función y por méritos propios. El ritmo narrativo, es el adecuado, y en pequeñas pinceladas, nos va mostrando a través del drama, un sutil thriller, que sera clave al final de la película. Y es que como he dicho al principio, Tornatore juega con nosotros, pero de una manera agradable para el espectador, el cual a cada minuto que pasa viendo la viendo la película, se muestra más atraído por el personaje de Rush, de lo que en un principio parecía que iba a ser, de tal manera, que comprendes sus miedos, y sus reacciones, incluso cuando puede llegar a ser más mezquino.

Rush como he dicho, es el alma de la película, borda el personaje, llegando a transmitir no solo con sus palabras, sino con sus gestos, miradas y muecas, algo que pocos actores pueden llegar a conseguir de una manera tan perfecta. Pero el resto no se queda atras. Jim Sturgess, esta perfecto en su papel, y Donald Sutherland, parece en piloto automático, pero no de una manera peyorativa, sino todo lo contrario, lo hace tan bien, que no parece que le cueste ningún esfuerzo parecer tan creíble como muestra en pantalla. Y también tenemos a Sylvia Hoeks, encarnando a esa misteriosa mujer agorafóbica, y que desde sus palabras al inicio, hasta su interpretación más física a partir de mitad de la película, hacen que no solo sea el rostro perfecto para la película, sino también la actriz.
No os quiero contar mucho más de la película, pero no por falta de ganas, sino porque quiero que so sorprendáis lo mismo que me sorprendí yo al verla. Dejaros llevar por este elegante film, con un sutil y adecuado thriller, rodeado de drama romántico. La recomiendo encarecidamente.
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