Tras Los Mercenarios 2, Arnold Schwarzenegger, vuelve al cine para ejercer de protagonista, en esta película sin muchas aspiraciones, más que la de entretener. Y lo hace al lado de un español, Eduardo Noriega, el cual ejerce de villano de la función.
Arnold, es un ex-agente de narcóticos del Los Ángeles, que vive semiretirado ejerciendo de un pacífico pueblo situado al lado de la frontera con México. Noriega es uno de los narcos más peligrosos, que en un traslado de penitenciaria, huye, y para ello, tiene un plan para lograr cruzar la frontera. Este plan incluye atravesar el pacífico pueblo de Arnold, y por supuesto no se lo va a poner fácil.
Dirigida por Kim Jin-Woon, la película es un entretenimiento pasajero, que cumple, pero es fácil que caiga en el olvido. Con aires y reminiscencias a western (Río Bravo y Solo ante el peligro), la película tiene sus pasajes más entretenidos cuando se sale de la historia que rodea al FBI. Pues como bien hemos comentado en el programa de radio, parecen dos películas paralelas, en donde la más aburrida es la que atañe al FBI.
En esta parte (FBI), es donde esta Forest Whitetaker, el cual parece algo perdido en sus últimos trabajos, y no llega a trascender todo lo buen actor que es. Ninguno de los actores que aparecen en la película destaca. Tenemos a Arnold, que hace lo que puede, y se permite reírse de si mismo, que es donde precisamente esta mejor. A Eduardo Noriega me comprometo a verlo en versión original, pues creo que el doblaje le ha hecho un flaco favor, pues no llega a destacar o mejor dicho a resultar lo suficientemente creíble como el malo malote que debería aparentar. A parte de eso, me parece correcto su trabajo. Quizá el que mejor este en su papel es Peter Stormare, que repite un papel que se tiene ya muy sabido. También esta por la película Johnny Knoxville, Luis Guzman, Harry Dean Stanton que se permite un pequeño cameo, y Génesis Rodriguez, conocida por ser la hija de El Puma.
La acción esta bien rodado, y cumple con lo que tiene que dar un buen entretenimiento. Además te permite ver dos grandes coches encima de la carretera.
Poco más se puede decir de una película modesta, en la que vuelve Arnold. Quizá le habría gustado aparecer con más estruendo, pero me parece bien para que vaya calentando motores con lo que aún tiene que venir. La recomiendo como puro entretenimiento para pasar un rato agradable.
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