Spike Jonze firma esta obra, donde la soledad y el amor son los protagonistas. En un futuro muy cercano Theodore (Joaquin Phoenix), es un hombre deprimido, a punto de divorciarse, y que encuentra la compañía perfecta en un sistema operativo diseñado para interactuar con el usuario. La relación que establece con esta inteligencia artificial, llegara hasta tal punto, que Theodore caera completamente enamorado de este programa, y ella, Samantha (el sistema operativo), lo mismo con con él.
Jonze, de nuevo se mueve dentro de lo onírico, aunque en esta ocasión, no es un futuro distópico, sino que más bien, lo que parece es un futuro en exceso cercano, y que en cualquier momento, varias de la situaciones que aparecen en pantalla puede llegar a convertirse en realidad muy próximamente. Algo que sin duda refleja la película, son los sentimientos. Amor esta claro, pues la relación amorosa entre Theodore y Samantha son el eje central de la película. Pero sin duda, la soledad a la que los tipos como Theodore se enfrentan, esta siempre muy presente. Son dependientes de las redes sociales, la gente que tiene tropecientos amigos en Facebook, que tiene cientos de grupos en Whasap, y que en realidad, es hay donde están cómodos, y no en las relaciones personales. Por lo tanto, un sistema operativo con inteligencia artificial, es perfecto para ellos, pero también es un arma de doble filo, pues los aísla aún más del resto de la humanidad. Es algo que queda patente a lo largo de la película en multitud de escenas. Desde las abarrotadas estaciones de tren con todo el mundo hablando con sus sistemas operativos, y casi sin darse cuenta de lo que pasa a su alrededor, hasta la manera en la que se trabaja aislado, pero rodeado de personas, cada uno con su terminal. Jonxe refleja todos estos sentimientos, de manera magistral.
Pero no menos magistral es el trabajo de su actor principal, Joaquin Phoenix. Hace un trabajo perfecto. Es capaz de transmitir tanto la profunda tristeza del personaje, hasta la mayor alegría. Y esto ocurre en no pocas ocasiones a lo largo del film. Por lo que me imagino, su compañera en el protagonismo, es Scarlett Johanson. No he podido escuchar su trabajo, pues no he podido ver la película en su versión original, pero si logra transmitir solo con su voz (recordemos que es la voz de Samantha, y que no aparece físicamente en el film) como lo hace su dobladora en español, merece todos mis respetos. Además, tenemos a una perfecta Amy Adams, como casi siempre, Rooney Mara, y una fugaz Olivia Wilde.
En definitiva, una película muy recomendable. Un drama romántico, con sutiles pinceladas de ciencia ficción.
1 comentario:
Estamos bastante de acuerdo, aunque yo no encontré nada onírico en ella. Para Theodore es tan real como la vida de cualquier espectador.
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