Desde luego, esta no va a ser la película de tu vida, pero lo que os aseguro que la película da, son buenas risas, desmembramientos, casquería y gore a cascoporrillo.
Tommy Wirkola, dirige de nuevo a estos peculiares zombis, y empieza la historia justo donde termino la anterior. El único superviviente de la horda nazi de la primera parte, tendrá que vérselas de nuevo con ellos, pero esta vez ayudado por un grupo de frikis norte americanos, y por la inesperada ayuda de su nuevo brazo. Sí, pues accidentalmente le implantan el brazo del comandante nazi, y con el, no solo adquiere una fuerza brutal, sino que también puede despertar a grandes enemigos del tercer reich zombi.
En esta ocasión, Wirkola, se nota de lejos que tiene más medios. La película gana en atractivo, ya no todo es tan superficial, por supuesto que no tiene grandes diálogos, ni monólogos para la historia, pero sí que tiene un ritmo frenético, donde no hay descanso para el espectador, y que entretiene de principio a fin. De hecho , si pestañeas, es fácil que te pierdas algún gran momento. Y es que escenas donde te desencajas tiene unas cuantas. Sin animo de spoilear, tan solo nombraros, el momento de sexo zombi, el extraño artilugio que idean para robar gasolina, o cualquiera donde estos peculiares zombis intervengan.
El maquillaje esta muy cuidado, y resulta más realista, dentro de lo que la serie B permite, y lo mismo pasa con el trabajo de los actores. Ninguno destaca por su gran labor, pero es suficiente para el tono de la película. No hace falta que los nombre, pues son todos noruegos, y desconocidos para la mayoría del público fuera de sus fronteras.
Poco más hay que añadir de una película de este estilo, tan solo que es muy recomendable para los amantes de la serie B, el gore, el slasher, y todas esas cosas con la que los más frikis del cine disfrutamos.
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