Una bala en la cabeza

Walter Hill vuelve a la dirección de una película de acción al más puro estilo nostálgico, pero situándola perfectamente en nuestros días, por lo que no solo gustara a los que añoramos ese tipo de películas, sino que también a las nuevas generaciones.

Silvester Stallone esta decidido a devolvernos el cine de acción de su época dorada, y traerla a nuestros días, y de momento la jugada le esta saliendo bien. Por supuesto, esta película de la que estoy escribiendo, no es la quinta esencia del cine, pero si que es un digno entretenimiento.

Stallone es Jimmy, un asesino a sueldo, al que en su último trabajo parecen haberle tendido una trampa. Ha matado junto a su compañero a un ex policía corrupto, que conforme avance la trama, veremos que esta metido en asuntos turbios. Para la investigación del asesinato, mandan a un policía de Nueva York, antiguo compañero de la víctima, aunque enseguida se dará cuenta de que no va a tener el camino fácil, pues parece que hay más de un policía metido en el asunto. No le quedara más remedio que aliarse con Jimmy, y así los dos desenmascarar toda la trama que hay alrededor.

Hill rueda con pulso las escenas de acción, y de una manera bastante tradicional, sin recargar las imágenes con efectos digitales, algo que convierte las escenas en realistas. Además, los diálogos están llenos de tacos, y machadas, al más puro estilo, 80-90, algo que hace las delicias de los nostálgicos. Llega a mantener la tensión a lo largo de la película, para que mantengas la atención, además los personajes te importan, y están bien tratados, algo que no suele ser habitual en este tipo de películas.

De protagonista principal, tenemos a Stallone, que mantiene la linea que nos esta dando en sus últimas películas.  Pero además como contrincante, tiene a un digno Jason Momoa, que sin no convencía como Conan, en esta ocasión, de tipo duro pasado de vueltas, esta perfecto y da la talla junto a Stallone.

Como compañero de Stallone tenemos a Sung Kang, y menos mal que Christian Slater tiene pocos minutos, así no arruina la película.

En definitiva, una película recomendable, para nostálgicos y no tan nostálgicos. Que como he dicho al principio, no es una película de arte y ensayo, pero entretiene de lo lindo, y no tiene muchas pretensiones más.