Juan Solanas se estrena en las megaproducciones, con esta película canadiense de amor, ambientada en la ciencia ficción.
Estamos ante un mundo imaginario, donde dos planetas aparentemente iguales, están muy cercanos entre sí, pero cada uno tiene su propia gravedad. Tan cerca están, que desde uno a otro, en una situación elevada, pueden comunicarse. Dentro del mundo llamado de abajo, vive Adam. El mundo de abajo, es el de los pobres, y el de arriba el de los ricos. Adam, tiene un secreto familiar: una extraña sustancia, derivada del polen de las abejas rosas, y que permite saltarse las normas de la gravedad. Recogiendo este polen en las alturas, conoce a Eden, una niña del mundo de arriba. Por supuesto, caen enamorados, pero un triste desenlace, hace que se dividan, y que Eden pierde la memoria. Diez años después, Adam quiere recuperar a su amor de toda la vida. Por supuesto, tiene todo en contra, desde las leyes, hasta la gravedad.
La película esta muy bien ambientada, y es una gozada visualmente. Además, resulta del todo original, pues ver la situación de personas completamente del revés hablando y en cierta manera conviviendo con personas del derecho, es realmente chocante, y uno de los aciertos del film. En cuanto al contenido argumental eso ya es otra cosa, pues al final, es lo de siempre: el eterno amor imposible shakespiriano, como si de Romeo y Julieta estuviéramos hablando, y claro esta, desde el principio, ya puedes intuir como va a acabar todo esto.
También se podría haber aprovechado un poco más el tono de ciencia ficción que rodea toda la película, pues aunque esta claro por el título (por cierto, de nuevo desatino de los tituladores en español, con respecto a su título original) que lo que vamos a ver es una película romántica, al final, como ya he dicho, la historia, basa toda su originalidad precisamente en la ciencia ficción, pues el resto es más de lo mismo.
De paso, también podrían haber intentado sacarse de la manga alguna explicación más verosímil de porque aunque estés en el otro mundo, sigues conservando tu propia gravedad, pues es algo completamente imposible, y que te lo tienes que creer porque sí.
En cuanto al cast actoral, tenemos a los dos protagonistas cumpliendo bien con su trabajo. Kristen Dunst como Eden, y Jim Sturgess como Adam. Y conviene destacar a Blu Makumba que tiene un pequeño y desaprovechado papel, así como Timothy Spall, que se limita a hacer su papel de siempre, el del tío raro.
En definitiva, la película tiene su pase, y se puede recomendar, pero más que nada por ver la historia de amor que hemos visto mil veces, pero esta vez de una manera original, rodeada de ciencia ficción.
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