De nuevo una película de ciencia ficción de las que me gustan. Por supuesto y como sabéis los que os pasais por aquí de vez en cuando a leerme, soy capaz de tragarme cualquier cosa del genero, y no solo eso, intentare sacarle partido aunque la peli sea mala. Pero hay ocasiones como la película de la que os estoy escribiendo, que no cabe otra que quitarse el sombrero.
En un futuro próximo, Caleb es seleccionado en su empresa para pasar unos días en la misteriosa vivienda del propietario de la empresa, Natham. Natham es un niño prodigio ya adulto, que cree haber conseguido la creación de la inteligencia artificial plena, y se ayudara de Caleb a través de un peculiar test de Turing (test que pretende demostrar si hay inteligencia artificial o no, a través de la conversación entre hombre y máquina y que el primero no sepa distinguir si es lo segundo) para determinar si su creación Ava es capaz de superarlo.
Un guión bien atado desde el primer momento, unos personajes con mucho fondo, desde los humanos hasta las máquinas, y unas conversaciones que te hacen removerte en tu asiento y que dejan un buen poso en el que pensar, vamos de lo mejorcito en la ciencia ficción. Es cierto que tiene algún atisbo a The Machine, pero lo que allí era un experimento de ciencia ficción con ínfulas de serie B, aquí se convierte en moralidad, en la diferencia entre el bien y el mal, y te deja pensando en que acabara el ser humano si alguna vez llegamos a ser tan arrogantes y conseguimos crear la temida inteligencia artificial.
Tan solo cuatro personajes pueblan la película, pero hasta el que no llega a abrir la boca y pronunciar palabra es de lo más interesante. Los actores y destacando el trío protagonista, están insuperables. Oscar Isaac esta increíble en el papel de Natham, una mezcla de inteligencia con el más chulo del barrio. Alicia Vikander te la crees desde el primer momento y no solo por el prodigio de la técnica para mostrarnos que ella es la máquina, sino porque esta muy, pero que muy bien en su papel. Y Domhall Gleeson tampoco se queda atrás, aunque quizá es el que menos oportunidad tiene para lucirse.
También hay que destacar el buen trabajo de la dirección a cargo de Alex Garland. Garland, con esta su primera película en la dirección, ha conseguido lo que muchos desearían, una obra no solo de culto, sino que será recordada como las grandes de la ciencia ficción. Lo mismo en el apartado técnico, pues los efectos visuales, también llevan su parte de culpa en el éxito de la cinta.
Muchas escenas para recordar, por no decir casi todas y que os invito a revisar en el film. La película juega en todo momento a que el espectador no sepa que es lo que realmente esta pasando, y no es hasta el final donde lo vas a descubrir. Sin duda entre muchas, para mi las dos mejores escenas, son la de Caleb en el baño intentando descubrir información sobre si mismo (y no cuento más para no spoilear) y la estupenda charla alrededor de cierto cuadro de Pollock.
Una pena esta película haya pasado casi desapercibida para el espectador medio. Sin duda, su mala distribución haya tenido mucho que ver. Lo que tengo claro es que el tiempo pondrá a la película en lugar que se merece, como ya a otras tantas películas del genero le paso en su momento. Muy recomendable, en especial si eres fan de la ciencia ficción con chicha, y no me refiero a explosiones y navecitas.
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