Aparte de ser una de las película de terror que me marcaron, este film, es un claro ejemplo de como hacer un remake, y que ni siquiera lo parezca. No digo que supere a la rodada en la década de los 50 por Don Siegel, pero con la modificación del guión, y una atmósfera más opresiva, hace que se convierta en una película muy diferente, y casi independiente de la de Siegel.
Philip Kaufman es el director de esta versión, que en el año 2007, tuvo una nueva adaptación con mucha menos fortuna.
Unas extrañas plantas han llegado a la Tierra. Elizabeth, una experta en laboratorio del departamento de sanidad, ha percibido algo raro en su marido, parece que no es el mismo, y se lo cuenta a Mathew, su jefe. Mathew poco a poco se va dando cuenta de lo que esta sucediendo: las personas parecen estar siendo reemplazadas por dobles sin alma, y a lo mejor es demasiado tarde para parar esta extraña invasión.
No es una película perfecta, pero si que es algo diferente dentro del genero que aborda (las invasiones extraterrestes), pues como bien queda reflejado en uno de los diálogos de la película, en esta ocasión, en lugar de platillos volantes, o extrañas naves, se ha optado por unas simples flores, plantas, venidas del espacio exterior, y que se camuflan dentro del ecosistema de la ciudad.
Entre los actores, tenemos varias caras conocidas. Unos ya estaban consagrados, y otros demuestran maneras para el futuro. El consagrado, es Donald Sutherland como el funcionario de sanidad más nervioso que he visto. Sabe dar empaque a toda la película, y borda su papel. Apuntando maneras estan Jeff Goldblum, Brooke Adams y Veronica Cartwright. Y en un papel menor, pero no menos importante Leonard Nimoy bordando el papel de psiquiatra. Podemos nombrar también cameos de Robert Duval, y del propio Don Siegel, director de la peli original.
La peli es todo un referente de como marcar el tempo, la atmósfera, prescindir casi por completo de banda sonora ( a parte de no ser lo mejor de la película, se marcan aún más ciertos momentos agobiantes al carecer casi de música), mantener en tensión, y dominar la intriga, eso sí, ayudado por el estupendo reparto actoral que se nota cree mucho en proyecto.
Escenas para el recuerdo tiene y muchas. Una de las más impactantes, es cuando en casa de Mathew quedan todos dormidos, y la duplicación de los cuatro cuerpos comienza. Es desasosegaste y a la vez fascinante. Y por supuesto ese estupendo final, con la pose de Donald Sutherland más recordada.
En definitiva, una de esas películas que todo buen cinefilo, no solo ha tenido que verla una vez en la vida, sino que debe poseerla y revisionarla de vez en cuando. Muchas veces parodiada, homenajeada,... muy recomendable.
1 comentario:
Esa imagen final de Donald Sutherland no se olvida fácilmente, sigue siendo un clásico.
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