Película de mafiosos, que quiere seguir la estela de la inolvidable Los intocables de Elliot Ness, pero no llega ni acercarse. Eso a pesar de que la película no llega a estar mal del todo, pero si que tiene varios fallos, que impiden que se convierta en la gran película que debería haber sido.
Dirigida por Ruben Fleischer, la película nos narra los hecho reales (aunque muy dramatizados para la ocasión) de la brigada policial que se ocupo de desmantelar la organización mafiosa de Micky Cohen en Los Ángeles, allá por los años 40.
Uno de los grandes problemas de la película, es su ambientación, todo parece bien, salvo ese aire de artificiosidad que recorre toda la película, y hace que no te metas de lleno en ella, sino que la mires como un simple pasatiempo, o uno gran espectáculo de Disneylandia o parecido, pero no como una película basada en los hechos reales relatados en un libro.
Si uno de los puntos fuertes de la película, es su gran reparto, es cierto, pero a la vez falso, pues es un gustazo ver pasear a Josh Brolin, Michael Peña, Robert Patrick, Emma Stone, Nick Nolte y Giovanni Ribisi, pero en cuanto a Ryan Gosling, no es su papel, y lo peor, es Sean Penn. Penn, tiene un pésimo maquillaje, que ya lo hace quedarse fuera de juego, pero además, y para rematar, su actuación, es demasiado histriónica, y no hace más que remarcar lo irreal de su personaje, pues más bien parece un personaje de Dick Tracy, pero sin ser esta una película del corte de Tracy.
Tampoco es que la trama o mejor dicho el guión ayude, pero se consigue mantener, y junto con alguna que otra escena de acción, hace que te entretengas.
Puede parecer que con todas las pegas que he escrito, la película no me haya gustado, pero es al contrario, no es que me haya encantado, pero se deja ver, y es un digno entretenimiento. Así que la puedo recomendar, a pesar de que me esperaba mucho más.
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