Un thriller de espionaje, muy justito, muy normal, muy plano.
Richard Gere es un antiguo espía de la CIA. El reciente asesinato de un senador, hace despertar las sospechas de que haya sido uno de los peores espías soviéticos y al que Gere, investigo a lo largo de su paso por la CIA. Por esto es requerido para investigar junto a un joven agente del FBI, que parece saberlo todo sobre el asesino.
Como podéis leer, todo suena a muy visto, y es así, como he dicho, se trata de una película muy normalita, donde todo cumple con lo justo para entretener, sin más aspiraciones (aunque pueda parecer que tuviera más). En la dirección debuta el guionista Michael Brandt, y lo hace con un guión algo manido y lleno de clichés donde los giros argumentales (que contiene unos cuantos), se ven venir desde lejos, y hay alguno, que es bastante innecesario. Lo mismo con su dirección, algo plana, sin arriesgarse mucho, y darnos las dosis justas de intriga y acción para no aburrirnos viendo la película.
En cuanto a los actores, tenemos a un maduro Richard Gere, el cual parece en piloto automático y no destaca su trabajo sobre el de los demás. Topher Grace, es el contrapunto joven de esta película, y esta bastante contenido, algo que suele hacer, pues es un actor bastante sosito, pero que en esta ocasión, no le va mal al personaje. También tenemos a Martin Sheen, en un papel muy secundario, y haciendo un personaje, que tiene ya muy pulido , y le sale solo. Y por cierto, también esta el televisivo Stephen Moyer, de la serie True Blood.
En definitiva, una película ideal para el ámbito domestico, que entretiene lo justo cuando no tienes nada mejor que ver, y que se olvida pronto tras haberla visto (yo la vi hace unas semanas, y casi me olvido de reseñarla)
1 comentario:
Parece que este es el año de Gere, un actor que nunca me ha gustado nada... La película pinta floja, la verdad.
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